miércoles, 3 de septiembre de 2008

cuentos de la alegria

LA CASA DE TATY

Era una vez una niñita que vivía en una casona ¡muuuy, pero muy grande! Esa niñita, llamada Taty, siempre estaba triste porque desde que era pequeñita no veía a su mamá y sólo una vieja fotografía tenía para recordarla. Su papito le decía que ella se había marchado muy lejos pero que un día regresaría con los brazos llenos de regalos y la llevaría a conocer el mundo. Taty era un niña muy ingenua, sin embargo sospechaba que algo extraño sucedía, porque cuando su padre le hablaba de su mamita los ojos se le aguaban y su mirada se perdía en el espacio.
Todos los días Taty se levantaba muy tempranito y luego del desayuno tomaba el autobús para ir a la escuela, de donde regresaba pasado el medio día. Por razones que no comentaremos, Taty se pasaba mucho tiempo sola en esa enorme casona. Bueno... no tan sola, ya que Taty era una niña muy soñadora y, con su mente infantil llena de fantasías, imaginaba duendes y hadas. Al menos, los adultos ¡pieeensan! que son imaginaciones, pero... ¿quién sabe cuál es la verdad? Ya sea verdad, o una muy elaborada fantasía, Taty también tenía un Gnomo consentidor que, según ella, tal y como le contaba a sus amiguitas de la escuela, cumplía todos sus deseos, menos traerle a su mamita de vuelta a la casa. Ella, sin embargo, no perdía la esperanza de que algún día su Gnomo le cumpliría su mayor deseo.
Muchas de sus compañeritas se reían de ella cuando contaba sus aventuras, y le decían: “Eres una mentirosa” pero a ella no le importaba porque sabía que un día iría a la escuela con su Gnomo y le demostraría a todos que lo que ella decía era la verdad ¡ toooda la verdad! y nada más que la verdad. Taty no se explicaba como los demás niños no se daban cuenta de que cada uno de ellos tenía también un Gnomo consentidor. “¡Deberían darse cuenta!” pensaba en voz alta. Taty, además de su candidez, era muy ingeniosa, escribía poemas y canciones que ella misma cantaba, acompañada por la música que su Gnomo, como si fuera por arte de magia, hacía sonar sin ningún instrumento musical. Su pasión principal era hablar y jugar con sus muñecas que, según le decía su Gnomo, eran regalos que le enviaba su madre cada navidad.
Ya que empezamos a conocer a Taty, veamos qué está sucediendo en su casa en este momento... ¡AAH! ahí está ella dormida en el piso de la sala junto a sus muñecas. Por lo que podemos observar, debe estar muy cansada. Pero... retrocedamos en el tiempo para ver que le pudo producir ese cansancio que la hizo dormir tan profundamente:
En este imaginario, o real momento, la vemos entrando a la sala de la casa, y precisamente viene hablando con varias de sus muñecas, las cuales trae entre sus brazos.

1 comentario:

Unknown dijo...

Hola Daniel: Soy Oscar Mendoza Camino Autor del cuento “Aventuras infantiles en el tren de la alegría”, el cual tu publicaste en tu blog con el nombre: “CUENTO DE LA ALEGRIA”. No se de donde lo obtuviste, pero lo tengo publicado en www.aventurasinfantiles.com Por respeto a los derechos de autor, debiste pedir mi autorización o al menos, mencionar la procedencia y el autor.

Gracias por tu atención.

Oscar Mendoza Camino
gerencia@aventurasinfantiles.com